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jueves, 19 de mayo de 2011


Este curso, estudiar matemáticas se ha convertido para Lucía en una aventura. Ha llegado al colegio un profesor de matemáticas que nos asegura que el lenguaje es tan importante como los números para resolver problemas y nos cuenta aventuras de países y tiempos lejanos donde un número o una fórmula eran secretos muy bien vigilados.
Cada vez que resolvemos un ejercicio, saca un cofre y lo abre. De su interior saca un papel que tiene una letra escrita. Todas las letras forman un mensaje, y el mensaje esconde... ¡un tesoro!
El libro comienza así:
¡Dos más dos no son siempre cuatro! –dijo el profesor, y el silencio inundó el aula.
Sus ojos azules recorrieron nuestras caras sorprendidas, pero no se oía ni el vuelo de una mosca. De pronto, oí más claramente que nunca el segundero del reloj que colgaba sobre la pizarra: tic-tac-tic-tac.
–Me llamo Manuel y soy vuestro tutor este curso.

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